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Clave de sol: Qué es y cómo utilizarla en el pentagrama

Las claves musicales son signos gráficos que establecen la colocación de las notas musicales dentro del pentagrama. De esta manera podemos escribirlas a diferentes alturas para poder luego leer y representar fácilmente su sonido.

Actualmente las más usadas son la clave de fa, la de do y la de sol, y se usa una u otra dependiendo de la tesitura del instrumento (si es más agudo o grave), el número de voces en paralelo, el género musical, etc. Hoy nos centraremos en la clave de sol, su origen y cómo se ha representado y evolucionado a lo largo de la historia.

Actualmente, la clave de sol se dibuja al principio del pentagrama, partiendo de la segunda línea desde abajo (sol 4, es decir, la cuarta octava del piano). A la hora de leer notas, la nota que se encuentra en la línea número dos es la nota sol.

En un pentagrama, las notas situadas en las líneas leídas de abajo a arriba son: mi, sol, si, re, fa; y las notas situadas en los espacios, también leídos de abajo arriba son: fa, la, do, mi.

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Podemos distinguir dos claves de sol diferentes: la clave francesa (actualmente en desuso) y la clave italiana. Se representan con el mismo símbolo pero empezando en dos líneas diferentes del pentagrama.

La clave francesa se usaba principalmente para sonidos más agudos, como la flauta y el violín, aunque actualmente se escriben con la clave italiana y si es necesario, se añade un corchete encima con un 8, indicando de esa manera que todo debe tocarse una octava por encima.

Aunque la mayoría de los instrumentos necesitan sólo un pentagrama, existen algunos como el piano y el arpa, que se tocan con dos manos o incluso más (existen piezas de piano a cuatro manos para que toquen simultáneamente dos personas) y el órgano, que muchas veces requiere de más de un pentagrama.

En estos casos, la música se representa con dos pentagramas escritos de forma paralela y cada uno de ellos puede estar en una clave distinta, normalmente la clave de sol para el primero (que equivale a los sonidos más agudos, como por ejemplo la mano derecha del piano) y la clave de fa para el siguiente (que equivale a los sonidos más graves, como la mano izquierda del piano).

Ahora que ya sabemos lo que es la clave de sol y cómo se representa, nos dispondremos a contarte un poco de su historia y cómo ha ido evolucionando hasta cómo la conocemos a día de hoy.

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Historia y evolución de la clave de sol

Antiguamente, la música se transmitía de manera oral, pero con el tiempo surgió la necesidad de escribirla para poder recordarla y perpetuarla de generación en generación. Se empezó anotando símbolos arriba de los textos religiosos, los cuales marcaban la dirección ascendente o descendente de la voz o la melodía. Éstos se llamaban bosquejos taquigráficos o neumas. Mostraban el dibujo de la melodía que se iba a interpretar pero no especificaban con qué notas iniciarla o qué notas debían interpretarse exactamente.

A partir del siglo X empezaron a usarse líneas encima del texto para establecer la nota base sobre la cual empezar la melodía y, de ese modo las diferentes alturas de las demás notas.

Al principio, había trazada únicamente una línea de color rojo que señalaba el sonido Fa, y servía como punto de referencia para las demás notas.

Dicho de manera muy simple: una marca en la misma línea significaba que tenían que cantar un Fa, una marca por encima de la línea significaba que tenían que cantar una nota por encima de Fa, y si la marca estaba debajo, una nota por debajo de Fa, etc.

Luego se añadió una segunda línea de color amarillo que representaba un Do. Finalmente, el monje benedictino Guido D’Arezzo (995-1050) añadió otras dos más, creando de ese modo el tetragrama o pauta de cuatro líneas.

El uso de las claves se remonta al siglo X, y en los siglos XI y XII ya se colocaban al inicio de los tetragramas. En un principio, en el canto gregoriano, había solamente la clave de do y la clave de fa, que se usaban para diferenciar las tesituras de las distintas voces cuando comenzaron a proliferar los sistemas musicales polifónicos.

La clave más antigua de do tenía la forma de una pequeña C, mientras que la clave más antigua de Fa tenía la forma de F, pero formada únicamente a partir de tres cuadrados negros. Posteriormente se desarrolló la clave de sol. Ésta se representaba con una versión estilizada de la letra G, que en la notación musical alfabética representa la nota sol.

El símbolo es una espiral parecida a la G unida a una especie de S. Hacía referencia a instrumentos y voces agudas (como hemos mencionado antes, la mano derecha del piano, violín, oboe, las voces de soprano y contralto, etc).

La representación de las claves fue modificándose y evolucionando a lo largo de toda la Edad Media y el Renacimiento; pero es a partir del año 1600, con el inicio del Barroco, cuando empieza a usarse la misma simbología que usamos actualmente para representar las claves.

Fue también Guido D’arezzo el que dio inicialmente el nombre a las seis primeras notas de la escala de do -ut, re, mi, fa, sol, la-, inspirándose en las primeras sílabas de los versos de un himno dedicado a San Juan Bautista en el siglo VIII.

Te lo mostramos a continuación con su pertinente traducción:

Ut queant laxis, Para que puedan

Re sonare fibbris, exaltar a pleno pulmón

Mi ra gestorum, las maravillas

muli tuorum, estos siervos tuyos

Sol ve polluti, perdona la falta

La bii reatum, de nuestros labios impuros

Sa ncte Ioannes. San Juan

La melodía de Guido daba a la primera sílaba de cada verso un sonido diferente, que coincidía con los sonidos de la escala. Con el tiempo la primera sílaba se cambió por Do y se añadió el Si uniendo la “S” y la “I” de los dos últimos versos.

Guido D’arezzo fue un gran transgresor, ya que ideó asimismo un sistema único de aprendizaje de los sonidos, los intervalos y las escalas que fue usado durante muchos años, conocido como la mano guidoniana, utilizada durante la época medieval para ayudar a los cantantes a leer a primera vista.

Aunque la notación neumática (que, tal y como hemos visto antes, eran una serie de signos gráficos que se escribían por encima de un texto y que representaban uno o varios sonidos sin especificar su ritmo) y la notación cuadrada (que se encargaba de indicar los desarrollos melódicos de los cantos de las liturgias romanas), supusieron grandes progresos en la evolución de la escritura musical, seguían sin precisar el ritmo. Fue pues necesario introducir la 4ª dimensión, la del tiempo, es decir, la duración de las notas. De este modo surge en el siglo XIII la notación mensural, donde las notas varían de forma según su duración.

En el siglo XVI se consolidó el pentagrama como pauta de uso común. La aparición de la partitura supuso un progreso de gran importancia en la historia de la escritura musical. Con la indicación de la altura y la duración de los sonidos, era por primera vez posible “leer” la música y facilitar su aprendizaje y su perpetuación a través del tiempo.

Por último, te dejamos a continuación varios vídeos para completar nuestra explicación sobre la clave de sol, su significado, su historia, y cómo aprender a representarla.

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